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Cuidados especiales en invierno

Cuidados especiales en invierno:

 

La bajada de defensas es una de los efectos más conocidos de la llegada del frío, y por tanto estamos más expuestos a sufrir enfermedades como la gripe y resfriados.

 

Cómo protegerse frente a la gripe

Existen maneras eficaces para ayudar a protegerse o bien pasar el proceso gripal con las menores consecuencias posibles. El Ministerio de Sanidad proporciona vacunas de manera gratuita que constituyen la medida más eficaz para prevenir la gripe y sus complicaciones para los grupos de riesgo, en los que se encuentran las personas mayores de 65 años, personas que padecen enfermedades que comprometen el sistema inmune o las vías respiratorias, recién nacidos, mujeres embarazadas y personas que sufren trastornos neurológicos. 

 

Alimentación y deporte

Uno de los factores que más influyen en nuestra salud es la dieta, en la que se deben incluir frutas y verduras de temporada en nuestro patrón de alimentación para que nos aporte numerosas vitaminas y minerales que ayudan a la función del sistema inmune. Asimismo, los caldos, infusiones y tés calientes nos mantendrán hidratados, contribuyendo a entrar en calor.

Cuando se quiera practicar cualquier actividad física, es importante  no abrigarse en exceso, usar un calzado antideslizante que prevenga las caídas, y protegerse las orejas y las manos.

 

Protegerse en casa

  • Calentar la casa con la bajada de temperaturas supone una importante parte del gasto energético del hogar. Por ello, conviene recordar una serie de hábitos para estar de manera confortable sin derrochar energía:
  • La temperatura recomendada es de 19 a 21 ºC durante el día, y algo más baja durante la noche.
  • Conseguir un adecuado aislamiento, evitando que se pierda calor por puertas y ventanas.
  • Calentar por zonas: el hábito de cerrar puertas de estancias en las que no estamos, genera un calentamiento más eficiente.
  • El uso de mantas: por ejemplo, cuando estamos en el sofá leyendo o de tertulia tras una comida. Emplear mantas ayuda a no perder temperatura corporal y materiales como la lana aíslan del frío y absorben parte de la humedad sin transmitirla al cuerpo.

 

Protegerse fuera de casa

En la medida de lo posible:

  • Evitar exposiciones prolongadas a las bajas temperaturas, así como cambios bruscos de temperatura.
  • Cubrir la cabeza y las manos. Utilizar varias capas, mejor que una prenda gruesa. Proteger bien los pies del frío y la humedad.
  • El color de la ropa también influye al captar mejor el calor a través de la luz solar, los colores oscuros absorben más el calor que los claros.

En definitiva, hay muchas maneras de protegerse del frío mediante unos sencillos hábitos que, además de permitirnos ahorrar energía, nos ayudarán a disfrutar del invierno.

 

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