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Cómo hacer frente a la astenia otoñal

Cómo hacer frente a la astenia otoñal

Tras el periodo de interminables paseos por la playa, terrazas y largos días de sol, toca afrontar el descenso de temperaturas y con él, la cantidad de horas de luz que nuestro cuerpo recibe, que son cambios característicos del otoño.

Con la llegada del otoño, no son las hojas lo único que cae ya que también suele provocar un decaimiento del ánimo, apatía, cansancio y cambios de humor. Todos estos síntomas constituyen lo que se conoce como astenia otoñal, que surge como consecuencia de una falta de adaptación del organismo a dichos cambios. En general, todo el mundo puede padecer astenia otoñal, siendo las mujeres de entre 25 y 50 años las más propensas.

Con el fin de evitar o minimizar los efectos de la astenia otoñal es importante llevar a cabo un estilo de vida saludable incluyendo una alimentación ordenada y ejercicio físico moderado diario:

•    Mantener una dieta rica en vitaminas, minerales y fibra provenientes de vegetales, legumbres y cereales, preferiblemente, integrales, e incorporar proteínas de alto valor biológico como el pescado o la carne magra.

•    Aprovechar los alimentos de temporada. El otoño es época de multitud de frutas y verduras como: pera, manzana, cítricos, membrillo, granada, calabaza, espinacas, acelgas o col entre otros. Son alimentos que nos aportan vitaminas y minerales que contribuyen a mantener el sistema inmune en condiciones normales para hacer frente a las infecciones propias de las estaciones frías.

•    Respetar el horario de descanso y de comidas, evitando comidas demasiado copiosas para facilitar las digestiones. Reservar el tiempo necesario para cada comida y sentarse a comer en compañía de forma relajada ayuda a sobrellevar estos cambios.

•    Realizar, en la medida de lo posible, de 5 a 6 comidas al día, incluyendo un “snack saludable” a media mañana y otro en la merienda. Este puede ser bien una pieza de fruta junto con un yogur, o un vaso de leche, un té o café con una tostada de pan integral con aceite de oliva, queso o productos cárnicos bajos en grasa, o un puñado de frutos secos al natural.

•    Caminar cada día una media de 60 minutos a paso ligero para reducir el estrés y aprovechar las horas de luz. Además, realizar ejercicio físico moderado nos mantiene más activos y despiertos durante el día. Es importante adaptar la actividad a nuestra capacidad, hábitos de vida y preferencias.

•    Hidratarse de forma adecuada, eligiendo el agua como bebida principal. Consumir de 4 a 8 vasos de agua diarios favorece el correcto desarrollo de las funciones vitales y contribuye a una mejor salud física y mental.

 

Además, igual de importante es mantener una actitud positiva y relajada en esta época llena de variaciones. Siguiendo estos consejos, conseguirás que la vuelta a la rutina y el cambio de estación te resulte más fácil de llevar, y te ayudará a comenzar esta temporada con más energía.

 

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